viernes, 30 de abril de 2010

Aburrimiento sexual


Muchas parejas caen presas, con el paso del tiempo, en la desidia sexual, se pierde el deseo y comienza el aburrimiento.  Muchos hombres comienzan a fantasear con infidelidades y muchas mujeres adoptan una postura fría y distante, lejos de la pasión inicial en la que comenzó la relación.

Este aburrimiento es producido, entre otras cosas, por ciertos comportamientos muy habituales en las parejas. La tendencia al trato familiar, a la plena confianza, a hacerlo todo juntos, a estrechar lazos hasta el punto de que más que amantes parecen hermanos, desemboca en este distanciamiento sexual con el paso del tiempo. No hay que olvidar tampoco, que nuestra educación sexual está encaminada, fundamentalmente, al establecimiento de relaciones duraderas que tengan como función el establecimiento en familias.

Nos enseñan qué debemos y qué no debemos hacer para lograr dicho fin. “No se lo des todo”, “no dejes que haga lo que le dé la gana”, “si sale con los amigos es que no le interesas”, etc. Esto me recuerda mucho a la película Qué les pasa a los hombres en la que algunos de sus personajes no daban pie con bola debido a los prejuicios existentes en torno a las relaciones sentimentales.

Muchos han llegado a pensar que una canita al aire de vez en cuando es la solución para darle esa chispa que le falta a la pareja, otros llegan incluso más allá, acudiendo a locales de intercambio de parejas o a posturas sexuales imposibles con tal de reavivar la pasión. Pero nada de nada.

El aburrimiento sexual no se cura de esta forma ni tampoco cambiando de pareja, porque con el tiempo pasará lo mismo. Cuando me consultan con este motivo de consulta lo tengo muy claro, les recomiendo mantener durante un tiempo unas entrevistas con un psicoanalista. Si acuden ambos miembros de la pareja indica que están dispuestos a continuar con la relación y van a tomar las medidas oportunas para que su llama no se apague. En el caso de que acuda uno sólo de los miembros de la pareja, podemos entrever, en muchos casos, que tomará su propio camino. De lo que estoy segura, es de que tras un tiempo de psicoanálisis no volverá a repetir los mismos errores y transformará las ideas sobre las relaciones de pareja que le llevaron a ese decaimiento.

Las relaciones de pareja no son fáciles, pero no por ello tienen que ser insatisfactorias o imposibles. Se trata de que aprendamos a estar en pareja cuidando el deseo, aprendiendo a conversar, estableciendo relaciones más abiertas y flexibles. La solución no es una mujer más atractiva que pase a su lado, túmbese en el diván y verá cómo reaviva las llamas de su pasión.